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La fotografía de comunión provoca muchos sentimientos y en este caso Claudia con su ternura ha logrado, en esta temporada de tanto estrés, que durante la sesión se pudiese percibir esa calma y serenidad que a veces se necesita para coger impulso y fuerzas en una campaña tan frenética.

A veces los padres tienen la incertidumbre del partido que se le puede sacar a esas «joyas» que tienen en casa sin darse cuenta de que son diamantes en bruto.

La actitud de esta pequeña fue como la de una gran modelo profesional que hizo que la sesión fuese muy sencilla y fluida consiguiendo uno resultado del que nos sentimos muy orgullosos.

El resultado final nos hace recapacitar y darnos cuenta de que todo el trabajo y esfuerzo que dedicamos a esta profesión «que no sólo consiste en tener una gran cámara y darle a un botón» merece la pena. De esta manera conseguimos disfrutar todos de los resultados, en especial los niños que son los auténticos protagonistas.

Os dejamos con la sesión de este ángel que a pesar de su semblante algo serio le da ese toque de ensueño y fantasía que nos evocan los reportajes de comunión.

¡¡ Hasta el próximo click !!